miércoles

DEDOS CRUZADOS

—¿De qué sirve que me mientas siempre? ¿No ves que así no solucionamos nada?

Ella observó como él se quedó pensativo.

—¿Volverás a mentirme? —le preguntó en tono conciliador.
—No. Nunca más. Te lo prometo.

4 comentarios:

Sil.* dijo...

Sergi!! He llegado aquí, guiada por tu mail. Tengo mucho para leer, además de dejarte la invitación para visitar mi espacio.
Por el momento, te dejo un abrazo y sigo leyéndote.

Sil.*

Zamira dijo...

- No quiero lastimarte.
- ¿Por eso no me dices la verdad?
- No quiero dolerte.
- Me duele más saber que decirme la verdad te duele.

Ay! que dolor de muelas!

Javi. dijo...

me gusto... esta simple y muy bueno tiene lo justo...
se podria crear contacto por blog para mostrar mas creaciones literarias...



saludos

Anónimo dijo...

Todas las promesas son mentiras.