jueves

La crisis, el pretexto para revolcarse por el lodo


Que en Occidente hablemos de crisis me parece, poco menos, que un insulto a la inteligencia.

Qué crisis? Acaso vivimos en chozas, se nos comen las moscas, o no tenemos para comer nada más que tortas de trigo?

Para la mayoría de nosotros, la crisis se traduce en tenernos que comprar “el último modelito” en un mercadillo en lugar de hacerlo en Dolce & Gabbana, Pero además, sabemos que eso sólo es temporal, nos consta que tarde o temprano la situación volverá a la normalidad, que muchos -de los hoy parados- encontrarán nuevos puestos de trabajo y que poco a poco se reestablecerá ese ansiado “equilibrio”.

Este insomne poco más tiene que añadir a lo que, en su día, dijo Albert Einstein. Permitidme que cite sus palabras y, a partir de ahí, saquemos cada uno nuestras propias conclusiones.

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar “superado”.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.


Albert Einstein

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bonito